
Tras caminar muchos días al lado de un
río que hacía un ruido ensordecedor, llegamos a una aldea donde nos
dijeron que más adelante nos esperaba la guerrilla, pues mira qué bien!!! para allí que fuimos y nos recibió un señor con pinta de secretario que tras una negociación (donde nuestro guia no se ganó el sueldo, jejeje) nos cobró casi 30 $ a cada uno y nos dió el dichoso salvoconducto, no sin antes mencionar el gran trabajo que hace la guerrilla por
allí,
blablabla, bueno la verdad que
contábamos con el encuentro y fue muy civilizado.