viernes, 10 de octubre de 2003

Por las alturas

El paisaje cambia, se abre ante nuestros ojos, el tiempo perfecto y nosotros subiendo, a poco de salir de Ghunsa empezamos a sentir la falta de oxígeno y cuando llegamos a una especie de campamento de verano ya estábamos a más de 4000mts, no os imaginais que dolor de cabeza que se me puso. Mientras yo dormía Aitor y Amaia jugaban a fútbol y bromeaban con los nepalíes. El día siguiente también fue perfecto salvo por ese dolorcillo de cabeza típico de la altitud, esta vez pasamos de los 4500mts y bajamos a Tseram.